16 noviembre 2010

Un Camino Arduo

Hay quien piensa que la belleza de la vida reside, en parte al menos, en las pequeñas conquistas que nuestra voluntad arranca a la corriente de los días. Se trata de los hombres que se hacen a sí mismos, y se miran al espejo con solemnidad y certeza de que todo les saldrá según lo previsto.

Para mí esta lucha perpetua entre la razón y el instinto, esa dicotomía sutil en la mayoría de los humanos, no encierra ninguna belleza, sino que es un campo de minas, una guerra abierta conmigo misma, donde las ganas de vivir y el instinto de autodestrucción mueven a sus soldados estratégicamente.  A veces incluso he descubierto infiltrados y traidores en ambos bandos, otras inexplicablemente los soldados se olvidan de porqué luchaban.

Como muy acertadamente expresó Jean Paul Sartre "Cada hombre es lo que hace con lo que hicieron de él". Para empezar a modelar la arcilla, primero debemos saber con qué tipo de barro estamos trabajando...pero siempre es chungo pringar un dedo en el propio fango y ponerse a examinarlo a la luz. Menos mal que de momento esto no lo va a leer nadie.


                  

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